Los Tres Castigos Chinos

Un turista llega a China, y se pone a visitar los templos, hasta que una terrible tormenta empieza. Empapado busca un lugar donde alojarse, pero todos los hoteles estaban llenos. Desesperado llega al último hotel de la zona.

-Por favor, necesito una habitación – dice el turista.

-Lo siento pero no tengo habitaciones libres – responde el dueño del hotel.

-Pero esta lloviendo, no puede mandarme otra vez a la lluvia – dice casi lloroso el turista.

-Bueno, puede dormir en la habitación de mi hija, pero tiene que prometerme que no le hará absolutamente nada a ella. Si toca a mi hija, tendré que aplicarle los tres castigos chinos – dice muy serio el dueño.

-Lo prometo, cualquier cosa antes que tener que volver a la lluvia – responde el turista.

El dueño del hotel lo guía hasta el quinto piso, y le señala la última puerta. Luego se despide, y le recuerda que ha prometido no tocar a su hija.

El turista, agotado entra al cuarto en silencio, deja sus cosas en la mesa, y se acerca a la cama, donde encuentra a la hija del dueño.

Al verla queda estupefacto, porque es una mujer bellísima, con unas curvas de infarto, y unos increíbles labios carnosos. Y lo mejor de todo, es que solo estaba vestida con ropa interior de un color blanco casi transparente.

Al acercase, la china se despierta, y el turista sin pensarlo se le tira encima y hacen de todo, toda la noche.

A la mañana siguiente el turista despierta con una sensación de ahogo, y al abrir los ojos se da cuenta de que tiene una gran roca encima, que tiene un pequeño papel pegado en ella que dice: Primer castigo Chino, Roca encima del estomago.

El turista se levanta con dificultad y tira la roca por la ventada. En ese momento se da cuenta de que hay otro papel pegado en la cortina que dice: Segundo castigo Chino, Huevo derecho amarrado a la roca.

El tipo no duda ni un segundo y se lanza por la ventana. Prefería morir antes que romperse un huevo.

Pero mientras cae se da cuenta de que tiene un papel pegado al brazo que dice: Tercer castigo Chino, Huevo izquierdo amarrado a la pata de la cama.