Roberto despertó súbitamente, su mente daba vueltas y no podía comprender
que sucedía. Le parecía recordar que alguien gritaba, pero no llegaba a
reconocer quien era. Se levanto, tambaleante, y vio una mancha de sangre en la
pared; y en ese momento recordó todo.
Lentamente abrió los ojos y volvió a mirar la mancha de sangre en la pared.
Luego miro hacia el pasillo, donde no solo había sangre en la pared, sino que
también la había en el piso.
Empezó a caminar, y noto que una de las manchas de sangre, tenia forma de
una huella, una pezuña, que de forma irregular se alejaba de la escalera y
llegaba hasta el sótano. Continuo
caminando a pesar de todo, subió las escaleras y vio que la sangre salía debajo
de la puerta del baño. Se acerco, tomo el pomo de la puerta, lo giro lentamente y entro.
El baño siempre había sido de color blanco, pero ahora parecía pintado de
color rojo, rojo sangre. Había sangre por todas partes, chorreaba de las
paredes y goteaba desde el techo, pero principalmente caía desde la
bañera.
Y ahí tendida estaba su madre, la mujer que siempre lo había cuidado, que
siempre había tenido palabras de afecto para el; estaba muerta. Y todo por su
culpa.
Roberto se acerco a ella, la tomo de la mano y se derrumbo a su lado; ella tenía
los ojos abiertos y su rostro reflejaba horror, tenía la boca torcida en lo que
parecía a ver sido su grito final. Un grito de piedad o tal vez un grito por su
hijo, preguntando dónde estaba. Roberto
le cerró los ojos y lloro, lloro como nunca en su vida. Tanto horror,
tanta tragedia y tanta muerte, y todo en un mismo día.
Lentamente se levanto y salió del baño. Se tambaleo hacia las escaleras y
descendió. Camino hacia la cocina, y busco el cuchillo más grande que tenían; estaba
cansado, muy cansado. Quería acabar con todo, con el inmenso dolor que sentía;
sería tan sencillo como usar el cuchillo contra sí mismo. Pero en vez de eso
tomo una hoja de papel y se puso a escribir lo que había sucedido ese día.
Hoy en la mañana salí de mi casa, como todos los días, hacia la universidad.
El bus me dejaba a unas 4 cuadras así que empecé a caminar, cuando de pronto mi
celular dio una pequeña vibración. Era un mensaje de texto.
“Mensaje de alguien del Chat Total:
Hola que tal? Te parece si chateamos un rato? Envía CHAT al 663 para contestar
el mensaje.”
Me quede mirando el mensaje un momento. Sabía que el Chat Total era un
sistema de chat de la compañía de telefonía móvil, de la cual era cliente; pero
nunca había probado chatear con alguien. Seguí caminando mientras pensaba si
contestar o no, y estuve a punto de borrar el mensaje, pero al llegar a la
universidad respondí con un simple:
Entre al salón pensando en las tareas que tenía pendientes, cuando mi
celular volvió a vibrar.
“Mi nombre es Kelly, y tu eres…”
Rápidamente respondí con un nuevo mensaje:
“Soy Roberto, mucho gusto. Cuántos
años tienes?”
Estaba muy exaltado y empecé a imaginar lo que podría pasar con esta chica.
Yo tengo 19 años, y si ella no era muy mayor, tal vez llegáramos a ser más que
amigos. Mi imaginación echo a volar, y mientras pensaba en las cosas que le
diría llego el profesor y empezó la clase. De mala gana intente ponerle
atención, cuando un nuevo mensaje llego.
“Tengo 18 y tú? Qué estás haciendo?
Por dónde vives?”
Por suerte, siempre me sentaba al fondo de la clase, así que puse mis
cuadernos en la mesa y con ellos cubrí mi celular. Mi corazón empezó a latir
con más fuerza; yo no podía creerlo, ella tenía 18 años, era perfecta para mí.
Le mande mi respuesta.
“Tengo 19 años, vivo por Los Olivos y en este momento estoy en clase. Tú
qué haces?”
Después de enviar el mensaje, alcé la vista y vi que el profesor me estaba mirando,
trate de ponerme serio y mirarlo con tranquilidad. Un momento después, el
profesor siguió con su clase. Tome nota
de algunas cosas de la pizarra, cuando mi celular vibro una vez más. Intente
mantenerme tranquilo y esperar un rato antes de revisar el mensaje, pero no
pude resistirme.
“Así que estas en clase no? Y
estarás atento supongo, jajaja XD, la verdad es que también estoy en clase,
pero no entiendo que es lo que habla esta vieja
XP”
A partir de este punto, deje que preocuparme por la clase y solo me dedique
a escribirle a Kelly.
– Jajaja estoy en clase de mates, y
el profe está hablando estupideces que a nadie le interesa. Cuéntame algo sobre
ti. – respondí.
– Y que es lo que quieres saber sobre
mi…?– contesto Kelly unos instantes después.
Le pregunte qué cosas les gustaban, cuáles eran sus películas favoridas,
que tipo de música escucha; y cada vez que ella respondía me sorprendía, aun más
de lo parecidos que éramos, casi como si fuera estuviéramos hechos el uno para
el otro.
Nos pasamos todo el día conversando; después de mi clase de matemáticas, me
fui a la biblioteca, donde nadie me hizo caso, y pude hablar con ella
tranquilamente. Por algún extraño motivo, no podía dejar de pensar en Kelly. No
la conocía, pero ya sentía algo por ella, cada vez que llegaba un nuevo mensaje
me emocionaba más y más; casi podía verla, podía ver los gestos que hacía, como
sonreía, incluso estaba seguro de cómo era. Finalmente, cuando las clases
terminaron, ella me envió el siguiente mensaje:
“Quieres que nos encontremos? Me
gustaría conocerte…”
No pude evitar sonreír, tenía tantas ganas de verla, quería poder sentir su
aroma, quería poder tomarla entre mis brazos y abrazarla. Acordamos
encontrarnos en un centro comercial cercano, y me explico cómo estaba vestida
para que pudiera reconocerla. Cuando llegue di un pequeño rodeo, para poder
verla antes de que ella me viera. Subí al segundo piso, me acerque al balcón y
la vi.
Era más hermosa de lo que podría haber imaginado nunca, y estaba ahí parada,
como iluminada. Rápidamente fui a su encuentro. Mientras me acercaba empecé a sentirme
un poco raro, nunca había sido tímido con las chicas, pero esta vez era
diferente, me sentía muy tranquilo, me sentía en paz.
Seguí acercándome, cuando de pronto me miro, y sonrió. Su figura era
esbelta, su cabello tenía un ligero color rojizo, sus labios eran delicados y
sus ojos eran de color verde claro; tenía una mirada que atrapaba.
Llegue a su lado como en un sueño. Nos miramos y sonreímos, ella era
magnifica. Empezamos a hablar, y fue instantáneo, nos comprendíamos a la perfección,
todas mis bromas la hacían reír, y no hubo ningún momento incomodo, solo
hablamos y reímos.
Deje que ella me guiara, ni siquiera me fije a dónde íbamos, toda mi
atención la tenia puesta en Kelly. Caminamos durante lo que pudo haber sido una
eternidad o tal vez solo unos minutos, hasta que ella se detuvo y me miro. Su
cara estaba colorada, y su cuerpo temblaba ligeramente; se me acerco
lentamente. La tome de la cintura y ella puso sus brazos alrededor de mi
cuello, nuestros rostros se acercaron.
De pronto oí el sonido del frenazo de un auto y gire la cabeza para ver que
sucedía, cuando un terrible dolor recorrió todo mi cuerpo y me desmaye.
No sé cuánto tiempo paso, pero cuando desperté todo era oscuridad a mí
alrededor. Me levante lentamente, y empecé a caminar, avanzando a ciegas,
tratando de llegar a la zona iluminada que había un poco más adelante. Conforme
me acercaba, empecé a distinguir pequeños montículos esparcidos por todo el
lugar, y algún tipo liquido que chorreaba de ellos. El olor cada vez era mas intenso,
algo como a carne en mal estado. Seguí caminando un poco más, cuando tropecé
con algo que estaba tirado en el suelo. Me di la vuelta para ver lo que era, y
lo que vi casi me hizo desmayar otra vez. Era un brazo.
Pero “solo” era un brazo, desde la mano hasta el codo, con partes que
parecían a ver sido arrancadas. Retrocedí, horrorizado, y me di la vuelta para
correr. Mientras avanzada me pude reconocer que los montículos que había visto,
era partes mutiladas de distintos cuerpos: brazos, piernas, torsos, e incluso
cabezas, estaban tiradas por todas partes.
Comencé a gritar, y seguí corriendo
con más fuerza, hasta que volví a tropezar, caí pesadamente y termine bañado en
un líquido espeso y caliente. Era Sangre.
Fue en este momento, cuando casi pierdo la cordura, pero de alguna forma la
oí, escuche la voz de Kelly, que me llamaba, que me pedía que la ayudara.
Hice acopio de todas mis fuerzas y me levante, me sentía muy mareado. Di
unos cuantos pasos más, y vomite. Había moscas por todas partes y su zumbido
era infernal. Avance un poco más cuando la vi, Kelly estaba sentada en el
suelo, sujetándose las piernas con los brazos, mientras gritaba pidiendo ayuda.
Corrí a su lado y la abrace, ella intento alejarse de mi, asustada; intente
calmarla pero se levanto y empezó a correr. Corrí tras ella, llamándola, pero
no me hizo caso. Llegamos a la zona más iluminada del lugar, había unas cuantas
hogueras a los lados y me quede parado, sin aliento. Kelly se detuvo un poco más
adelante.
Se dio la vuelta suavemente y sonrió.
- ¿Te gusta mi hogar? – dijo.
Por un instante me sentí perdido, confundido.
- ¿Tu hogar? ¿A qué te refieres? ¿Quién… quien eres? – Pregunte asustado,
tenía una sensación muy extraña.
- Yo soy Kellen, y este es mi hogar – Dijo con una voz más grave.
Kelly empezó a sacudirse y su cuerpo comenzó a deformarse. Su vientre se
hincho, su rostro se alargo; su ropa se reventó y en su piel aparecieron
manchas grises. Su cabello empezó a caerse, sus brazos se alargaron, su nariz
se aplasto y sus ojos se hundieron.
El monstro empezó a caminar hacia mí, retrocedí asustado, me di la vuelta y
corrí, me adentre de vuelta hacia la oscuridad. Corrí con todas mis fuerzas, y
pude oír a la bestia correr tras de mí. Seguí corriendo a ciegas, caí, me
levante y seguí corriendo. Desee con todas mis fuerzas por de llegar a mi casa,
y seguí corriendo. De pronto tropecé con unos escalones que ascendían, me
levante una vez mas y empecé a subir lo
más rápido que pude. Choque con una puerta, la abrí de un tirón, y me lance al
otro lado. Finalmente me golpee la
frente con una pared, caí al suelo y me desmaye.
Desperté en el pasillo de mi casa, de alguna forma había logrado volver,
pero traje a la muerte conmigo; y ahora mi madre está muerta por mi culpa.
Roberto dejo las hojas, que acababa de escribir, encima de la mesa. Se
levanto lentamente, tomo el cuchillo y camino despacio hasta la puerta del
sótano. Se sentía cansado, y muy débil. Abrió la puerta e inmediatamente sintió
que el olor a carne podrida lo envolvía. Por algún motivo lo que siempre había
sido un sótano común y corriente, ahora era la entrada a la casa de la muerte,
a la casa de Kellen. Se acerco al borde de las escaleras, espero un momento y
luego empezó a bajar. Después de descender unos cuantos peldaños, la puerta del
sótano se cerró.
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11:59 - 19 oct. 2015 · Detalles